A la mayoría de las personas les encanta el sabor de las frutas y verduras frescas. Estos alimentos son sabrosos y, además, fortalecen y fortalecen nuestro cuerpo. Por lo tanto, es esencial ingerir alimentos saludables para una buena salud. Cuando comemos algo más que frutas y verduras, tenemos alimentos sabrosos como pasteles, pan o carne. Sin embargo, ¿alguna vez ha pensado en lo que les ocurre a esos platos sabrosos que se conservan demasiado tiempo? Y si los lleva a casa, se estropean. Y eso se debe a unas pequeñas criaturas llamadas microbios. No podemos verlos, pero están en todas partes y tienen el poder de influir en los alimentos que consumen los pacientes.
Cómo mantener los alimentos frescos
AGEM desarrolló un gas especial llamado SO2 (dióxido de azufre) que preserva la comestibilidad de los alimentos. DIÓXIDO DE AZUFRE (LA201312713523) El SO2 evita que los alimentos se estropeen por acción de microorganismos patógenos. Estos microbios pueden causar el deterioro de nuestros alimentos, así como también pueden provocarnos enfermedades mientras consumimos alimentos en mal estado. Podemos utilizar el SO2 principalmente para proteger nuestros alimentos, en forma de pellets, para que podamos comer de manera segura.
Cómo el SO2 conserva los alimentos
El SO2 se utiliza en los alimentos y cumple una función específica: evita el crecimiento de microbios en ellos. El SO2 regula la humedad y la temperatura para mantener la seguridad de los alimentos, ya que estos organismos microscópicos prosperan en un entorno cálido y húmedo. El SO2 tiene algunos efectos interesantes, y uno de ellos es el de ralentizar la oxidación. La oxidación se refiere al proceso por el cual los alimentos entran en contacto con el oxígeno atmosférico. Esta reacción puede provocar la descomposición de los alimentos y provocar su deterioro. El SO2 hace esto al evitar que el oxígeno llegue a los alimentos, lo que permite que tengan una vida útil más prolongada y se mantengan frescos para que los consumamos.
Aprendiendo sobre SO2
Durante décadas, los científicos han estado estudiando el SO2 para encontrar las mejores prácticas que se deben implementar para evitar que nuestros alimentos se echen a perder. Descubrieron que varios alimentos necesitan tener un grado diferente de SO2 para que sean seguros y frescos. Otro tipo de SO2, en forma de polvo o gas. Utilizan principalmente polvo para varios alimentos, incluidas las frutas secas, para agregar seguridad y sabor a los alimentos. La forma gaseosa del SO2 también se utiliza en aplicaciones en el vino para evitar la oxidación.
Nos mantiene a salvo de los gérmenes
El SO2 no solo conserva los alimentos, sino que también nos protege de los patógenos que pueden provocar enfermedades. Las bacterias y las levaduras son algunos de los gérmenes más comunes que provocan intoxicaciones alimentarias. El SO2 utilizado en el procesamiento de alimentos puede actuar contra estos microbios tóxicos que crecen en los alimentos. Esto es crucial porque nos protege de las enfermedades causadas por el consumo de alimentos en mal estado y contaminados.
Mejorando la tecnología SO2
AGEM siempre está buscando formas de mejorar el SO2 y hacerlo lo más seguro posible para todos. Siempre trabajan en mejores formas de utilizar el SO2 y producirlo. Son conscientes de que la gente quiere comer alimentos seguros que también sean de alta calidad. Es por eso que seguirán esforzándose por lograr la mejor tecnología de SO2 disponible. Ese debería ser el enfoque porque sin eso no tendríamos la oportunidad de disfrutar de comidas buenas, limpias y frescas todos los días.
En conclusión, el SO2 es un instrumento importante que nos ayuda a conservar los alimentos frescos, sanos y de máxima calidad. Dado que son principalmente los microbios los que estropean nuestros alimentos, el SO2 es una herramienta excelente que, de forma inconsciente, nos ayuda a evitar el deterioro de los alimentos y a prevenir enfermedades para que podamos disfrutar de unos alimentos deliciosos y de calidad. La misión de AGEM es introducir dióxido de azufre en los alimentos de personas de todo el mundo, dentados y tan sabrosos y frescos como sucios y sin causar efectos nocivos inmediatos. Todo el mundo merece alimentos sanos y seguros y el SO2 contribuye a esa misión.